Sergio Tagle

Una “música maldita” crece en las barriadas Su cuna es bien popular y trae el cachengue de quienes no se amilanan ante el deber ser. El cuarteto ganó pecheando su lugar en la historia de la mano de quienes grababan por cuenta propia y repartían sus discos de mano en mano en las disquerías. Censurado, mirado con displicencia por la alta cultura, un ritmo que retruca desde la alegría. En este informe de la revista crisis #62, de julio de 1988, pueden conocerse los detalles de su génesis y los motivos por los cuales quisieron esconderlo de la mirada de los turistas durante la dictadura.